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Lo bueno, lo potable y lo innombrable del 2017 según Susan Rocha

En Paralaje culminamos el año con una entrevista colectiva sobre aquellos temas y problemas que fueron clave en el 2017, y que nos permitirán continuar con nuevas reflexiones en el 2018. En esta publicación participa Susan Rocha, historiadora y crítica del arte, directora del Museo Universitario MUCE y miembro del comité editorial de Paralaje.xyz.

¿Cuáles fueron los temas y problemas claves en materia artística y cultural en el Ecuador en el 2017?

La Ley Orgánica de Cultura, aprobada en diciembre de 2016, requiere crear una institucionalidad normativa y una restructuración del MCyP, que aún no es visible. No hemos visto las normativas técnicas para archivos, museos, bibliotecas y fomento.

Las censuras a obras de arte y exposiciones que dan cuenta de un resurgimiento conservador, demuestran que el Estado no procede como una entidad laica y que no existen políticas que garanticen los derechos culturales de creadores, gestores y comunidad, ni independencia técnica de las instituciones.

La idea de enviar el Archivo Nacional de Historia a Montecristi, sin considerar cuestiones técnicas como el microclima, motivó la creación de la Coalición por la Defensa de Patrimonio Documental y la Memoria Social. Esta gestión logró su permanencia en Quito. Se realizaron varias reuniones con delegados del MCyP para solicitar un modelo de gestión adecuado para los archivos, museos y bibliotecas en el país. Como respuesta se recibió una propuesta con muchas deficiencias, elaborada en la época de Raúl Vallejo. Preocupa sobremanera la situación de todos los archivos en el país y se espera decisiones técnicas que aseguren su salvaguarda. Así mismo, seguimos esperando por la reinauguración del Museo Nacional y por la Biblioteca Nacional.

Sede del Archivo Nacional del Ecuador en Quito. Demanda para la salvaguarda del patrimonio documental de esta entidad en Change.org en este enlace.
¿Qué propuestas artísticas y culturales abrieron nuevas rutas creativas y críticas en las escenas locales?

La lista de Javier Cevallos Perugachi con Paola de la Vega para dirigir el núcleo Pichincha de la CCE abrió la posibilidad de pensar que es posible una institución diferente. Ambos poseen legitimidad en el campo gracias a su trayectoria y podrían haber hecho una interesante gestión, basada en políticas culturales. Lamentablemente el RUAC, requisito imprescindible para votar tuvo demasiados problemas técnicos, al punto que varios nos quedamos sin poder inscribirnos. Yo misma lo intenté varias veces sin resultado alguno. Ojalá en el futuro contemos con más iniciativas ciudadanas que posibiliten repensar las instituciones y contemos con mecanismos que posibiliten que expresemos nuestra voz.

Dos exposiciones me resultaron interesantes este año: “La intimidad es política” del Centro Cultural Metropolitano, que reflexiona sobre problemáticas de género, y Peregrinatio, el belén carmelita a la luz de la huida a Egipto” del Museo del Carmen Alto, que aborda el tema de la migración. Ambas pueden relacionarse con las luchas por los derechos sexo genéricos, en el primer caso, y de los desplazados y emigrantes en el último. Así mismo, me pareció muy interesante la propuesta de comercio alternativo del arte de ZOCO en Arte Actual. Es importante promover un coleccionismo responsable, basado en buenas prácticas con los artistas.

Esperamos una gran publicación del encuentro de historia del arte y la arquitectura llevado a cabo en la ciudad de Cuenca. Una publicación que aporte a la historia de arte local mediante indagaciones con diferentes enfoques. Este es el papel de la academia, ser un espacio de voces críticas, en ocasiones, incluso contrapuestas.

¿Cuál es el estado actual de la institucionalidad cultural en el país?

Hace poco salió la noticia del MAAC sin aire acondicionado, que recuerda a la inundación del mismo espacio, o al robo en el museo de Riobamba acontecidas años antes. Entonces me pregunto si existe un balance entre la programación y la preservación, catalogación, investigación y seguridad de bienes culturales. Luego, ¿qué porcentaje de la programación construye conocimiento y qué porcentaje es solo un evento? Creo que sería interesante mirar esta distribución, considerando que los ejercicios de gestión cultural son ejercicios políticos. Cabría cuestionarse si los presupuestos se deciden con la participación del equipo técnico de todo el país o en un despacho cerrado. Ahora que el Ministerio de Cultura y Patrimonio está en una época de transición, esperemos que en su reestructura consideren una gestión construida desde abajo.

Los constantes cambios en las coordinaciones de las instituciones culturales develan una ausencia de políticas culturales y un afán por refundar centros culturales y museos, borrando los procesos establecidos en las gestiones anteriores. Los espacios municipales quiteños han pasado por cambios constantes, lo cual generó inestabilidad por la inconmensurable distancia que existe entre los enfoques y las prácticas de quienes asumieron las direcciones.

La escultura pública creada por pocas manos para la ciudad de Guayaquil evidencia un importante gasto para la ciudad, pero no estoy segura de que se trate de una inversión. Cabe preguntarse por los criterios de selección de temas, por las memorias inventadas como Guayas y Kil, por la instrumentalización de relatos “históricos” para administrar la memoria, por la reproducción de estereotipos o la difusión de valores propios como las Manos que se juntan para retratar a la hospitalidad -aunque han sido interpretadas como otros valores-. Que decir de aquellos que procuran representar el territorio y la fauna guayaquileñas, como la efigie de la iguana o del mono. En este escenario, a veces me pregunto en qué año estamos viviendo, pues es inevitable relacionar estas prácticas con las ideas de Ernest Renan sobre la nación de 1882.

La pugna entre el Núcleo Pichincha y la Presidencia de la CCE evidenció un problema de varias instituciones culturales: no diferenciar entre un órgano directivo que establece políticas y uno ejecutor que gestiona la cultura, implementando esas políticas.

¿Qué preocupaciones nos llevamos al 2018 en nuestro trabajo cultural? ¿Qué necesitamos mejorar como escena artística?

Queda pendiente la institucionalidad que permita la aplicación de la LOC, e idealmente una legislación que facilite la inversión de la empresa privada en cultura y que proteja a creadores y gestores culturales de toda forma de censura. Una estructura que diferencie entre un ente rector y uno ejecutor; así como fortalecer los espacios en términos de equidad.   

Diseño de portada: Oswaldo Terreros

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