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Los cuerpos fluidos de Stephano Espinoza

Por Ana Rosa Valdez

En una revisión de portafolios y en una visita guiada a su exposición “Petricor” en diciembre de 2019, Stephano Espinoza presentó sus obras recientes a través de las vivencias personales que las originan: el descubrimiento de la sexualidad en su infancia, la complejidad de las relaciones amorosas, la intrincada relación con su familia por afirmar su decisiones vitales, su pensamiento político y su orientación sexual, su breve paso como docente en un colegio de Guayaquil, y la sociedad conservadora, católica, homofóbica, provida con la que tuvo que interactuar… Aunque las obras de Espinoza se enriquecen discursivamente del contexto en que surgen, por lo cual es posible aproximarse a ellas por la vía de lo anecdótico, resulta desafiante analizarlas con actitud especulativa, interpretarlas más allá de lo que el autor expone, y prestar atención a la visualidad que construye el lenguaje pictórico.

“Petricor” fue la segunda exposición del artista en Quito en el 2019. Realizada en la galería Khora, dirigida por la curadora Anamaría Garzón, la muestra presentó trabajos recientes en los que se observa una nueva manera de representar el cuerpo marica, los conflictos afectivos, las memorias traumáticas y los espacios transitorios, aspectos centrales en su pintura.

Enfrentarse al blanco, dejarse ir en la mancha, y darle a esto un sentido. El proceso creativo que origina “Petricor” trae a la superficie momentos de la vida de Espinoza que son significativos para la conformación, siempre cambiante, de su propia identidad. A diferencia de obras previas en las que utilizaba referentes fotográficos para representar cuerpos y espacios, en las piezas actuales explora la relación entre pintura, memoria visual y sensaciones corporales; de esta forma la imagen pierde definición y se potencia más lo sugerente. Otro aspecto importante es el cambio de escala, los formatos pequeños de “Petricor” pueden asociarse con una poética más intimista.

 

Stephano Espinoza. Formas de no relacionarse. 2019. Óleo sobre lienzo. 23 x 23 cm c/u

Formas de no relacionarse constituye un conjunto de escenas aparentemente inconexas entre sí que tienen en común la ambigüedad, la fragmentariedad y el uso de la mancha como vía imprecisa de representar el mundo. No es una narración convencional en la que podamos advertir una trama evidente; sin embargo, es posible intuir en lo difuso de las imágenes una alusión a cómo emergen visualmente los recuerdos en la memoria. Borrosas e incompletas, las impresiones del pasado son difíciles de asir, tal y como ocurre con la pintura que se niega a cubrir enteramente los lienzos desvaídos, endebles, expuestos sin marco. La textura acuosa del óleo impregna una sensación de fluidez que atraviesa los cuerpos figurados en la tela, los cuales se vuelven frágiles e imprecisos como en el mundo de los sueños.

Otro aspecto importante en piezas como Stephanito, Academia Walt Withman o Formas de no relacionarse es que conforman una narrativa marica que elude la expresión literal del afecto y la sexualidad a favor de la ambigüedad de las imágenes. De esta manera, son múltiples las historias que pueden habitarlas. Los rostros planos y fantasmales de los personajes, y los lugares casi abstractos que albergan a las figuras, nos permiten proyectar en ellos nuestras propias vivencias y conflictos. 

En Hoyos infinitos I y II los cuerpos poco esbozados parecen flotar y desvanecerse en entornos cavernosos e inestables. Apelan a una construcción intuitiva del yo y la otredad que se afinca en las sensaciones e impresiones subjetivas del mundo. Lo inacabado, lo que no llega a determinarse/normarse aún, lo que no sucumbe a los imperativos del lenguaje verbal, aparece en la exposición como una necesidad. Esta es la apuesta de Stephano Espinoza en la pintura, un camino distinto al que recorre persistentemente en el campo de los activismos, en donde los enunciados cobran densidad y fuerza política a punta de certezas.

Stephano Espinoza. Estefanito. 2019. Óleo sobre canvas. 25 x 20 cm c/u

Stephano Espinoza. Hoyos Infinitos I, 2019,óleo sobre lienzo, 40 x 30 cm (derecha). Hoyos Infinitos II, 2019, óleo sobre lienzo, 40 x 30 cm (izquierda).

Stephano Espinoza. Hoyos Infinitos I, 2019,óleo sobre lienzo, 40 x 30 cm (derecha).

Stephano Espinoza. Academia Walt Whitman. 2019. Óleo sobre lienzo y madera. 30 x 30, 40 x 40 y 40 x 30 cm

Fotografías: Cortesía de Stephano Espinoza

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