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Doce artistas opinan sobre el Museo Municipal de Guayaquil #2 Jorge Velarde

Por María Gabriela Fabre y Ana Rosa Valdez

Hace un poco más de tres semanas el Director de Cultura y Promoción Cívica del Municipio de Guayaquil, Arq. Melvin Hoyos, declaró que a pesar de mantenerse 26 años en el cargo no hay nadie preparado para sucederlo. Presentamos doce entrevistas con artistas que actualmente viven en la urbe para conocer sus opiniones sobre la gestión del Museo Municipal de la ciudad donde su figura ha sido gravitante. Varios de ellos han obtenido premios y reconocimientos en eventos organizados por aquella institución, a más de ser docentes universitarios con experiencia.

Hemos convocado a creadores y creadoras emergentes, de mediana y larga trayectoria, en su mayoría personajes de indiscutible relevancia en la escena local y nacional. Esperamos que estas declaraciones contribuyan a analizar las políticas y programas culturales del gobierno local, y más en específico del Museo Municipal, en un sentido crítico y reflexivo.

Jorge Velarde (Guayaquil, 1960) es artista visual de amplia trayectoria. Fue miembro del grupo La Artefactoría de Guayaquil. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, y ha obtenido múltiples reconocimientos por su trabajo artístico. En 1993 obtuvo el Primer Premio del Salón de Julio, y en el año 2011 fue jurado de este certamen. Actualmente se desempeña como docente de la Universidad de las Artes.

¿Qué opinión tienes de la gestión cultural del Museo Municipal de Guayaquil?

Yo conozco muy poco sobre la gestión de Melvin Hoyos en el Museo Municipal de Guayaquil. Te puedo hablar del museo en sí, y por extensión, lo que diga le calza a su director. El museo podría no existir porque no funciona al menos desde el punto de vista de las artes visuales. La institución organiza el Salón de Julio y el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL), que son prácticamente las únicas actividades que se realizan en la programación del museo.

Pero hay una muestra histórica permanente …

Desde mis intereses particulares -mi actividad artística, mi profesión- estoy hablando de artes visuales. Hay una reserva de objetos históricos y de arte histórico, inclusive una reserva de las obras ganadoras de los Salones de Julio, que puede ser que eventualmente roten. Pero esto es un mínimo indispensable que debe tener un museo. Aparte de la rotación de bienes que se tienen en bodegas, el museo, para considerar que está vivo, necesita no solamente exhibir lo que tiene enterrado en él, sino que debe ser productor, generador de cultura y de arte en general. Lo único que hace en ese aspecto es el FAAL y el Salón de Julio. Para realizar estos dos eventos/concursos artísticos al año, no se necesita un museo.

Es muy poco lo que se realiza. Para mí es casi nulo. Lo que sucede ahora es que el museo funciona, más o menos, por inercia. Lo empujaron hace mucho tiempo, llevando a cabo estos dos eventos, y sigue rodando. No hay un aporte, no hay crecimiento, no hay nada. Hay un estancamiento porque no se presenta nada nuevo.

Me parece muy bien que se organice el FAAL. Es un evento que funciona como feria popular para que la gente lo disfrute en la calle. Igualmente, está muy bien el Salón de Julio, sin entrar a cuestionar la forma en que lo realiza. Pero no puede ser lo único. Una institución como un museo no puede existir sólo en torno a dos eventos y el cuidado de las piezas culturales que tiene guardadas; si sólo se dedica a eso es un desperdicio.

¿Piensas que es tiempo de un relevo?

Cualquier tiempo es bueno para un relevo en el museo, no sólo porque ahora se trate del actual director. En el arte en general, en todos lados, un relevo siempre es bueno.

¿Crees que en la ciudad hay personas capacitadas para hacerlo?

Cuando Melvin Hoyos empezó a ejercer sus funciones, creo que no tenía experiencia. Cualquier persona que empiece en sus funciones lo hará con equivocaciones y con aciertos, y tendrá que ir aprendiendo en el camino. Aparte de esto, creo que sí debe haber alguien. No creo esa historia de que los guayaquileños estamos negados para la cultura, que todos somos ignorantes, que no hay alguien con los conocimientos, la capacidad y el empuje como para llevar a cabo una función como ésta: no es posible pensar que haya un hombre en Guayaquil que es el único que lo puede hacer, y nadie más. En Guayaquil somos millones de personas. No es posible que, entre todos, no haya uno capacitado para esa función.

¿Qué harías distinto o qué propuestas te gustaría ver implementadas?

En general, yo creo que la administración municipal tiene una deuda gigante con la ciudad, hablando de arte y de cultura, porque se ha destruido el patrimonio arquitectónico de la urbe: se ha venido abajo, en un altísimo porcentaje, la identidad que tenía Guayaquil, como ciudad, dada por su arquitectura.

Esa es una deuda, no del museo, sino del Municipio, y de la Dirección de Cultura también por extensión, porque ha estado impávida ante esa destrucción. Esto se vuelve más grave si el que dirige esta institución es un historiador; su profesión tendría que hacerlo más consciente de esta situación.

Me preguntas qué haría distinto en el museo, en la pregunta anterior te decía que no creo que sólo exista una persona capacitada para dirigir esa entidad o la Dirección de Cultura, pero yo no estoy capacitado para hacerlo. No me atrevo porque no soy una voz autorizada para sugerir lo que se debe hacer, pero sí señalo los errores graves que ha tenido esa dirección.

Otro problema es que el museo no haya tenido actividad, no sea un generador de cultura, o que el museo sea como un panteón de la cultura, porque es el lugar donde hemos ido a enterrar la cultura guayaquileña. Se necesita cambiar ese aspecto, traerlo de vuelta a la vida, sea con Melvin Hoyos o con otro, eso me interesa muy poco.

Lo más terrible que le puede suceder a un museo es que esté muerto. Esto se constata cuando hay una exposición, alguna de las que eventualmente se realizan, cuando a las nueve de la noche las empleadas, que son unas señoras muy amables y simpáticas, comienzan a apagar las luces para que el público se vaya. A las inauguraciones van pocas personas porque en Guayaquil nadie está habituado a ir a las muestras del Museo Municipal; nadie espera nada más allá del Salón de Julio y del FAAL. Nadie espera nada más.

¡Mañana continuaremos con la entrevista al artista visual Dennys Navas!

Foto de portada: Diario El Telégrafo

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