La exposición “Que el Pichincha decora: Memoria, Geografía y Afectos” integrada por cuarenta artistas, veinticinco fondos documentales y colecciones, se realizó en el Centro Cultural Metropolitano de Quito, del 10 de agosto al 24 de octubre de 2022. Publicamos el texto curatorial escrito por Lucía Durán y un registro fotográfico completo de la exposición y obras, cortesía del Centro Cultural.
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Que el Pichincha decora: Memoria, Geografía y Afectos
Texto curatorial por Lucía Durán
“…habiendo amanecido claro el dicho día con poco nublado, aunque
precedieron aquella noche muy graves truenos, extraordinarios en los
estruendos, sin agua entre las ocho y nueve, ceniza y piedras con la
reventazón del volcán de Pichincha que está junto e inmediato a las cabeceras
de esta ciudad, fué tanta la cantidad que así llovió, truenos y relámpagos que
salían de él, más lóbrega que decir se pueda, no tenía comparación con dicha
oscurana, mezclándose entre éstas tempestades muchos temblores de tierra,
continuados cuyos efectos conmovió a todos los vivientes…”
Actas del Cabildo Colonial de San Francisco de Quito, año de 1660
Memoria, geografía y afectos
Somos habitantes de un volcán. Una extraordinaria y compleja geografía abraza nuestra vida cotidiana y da forma a nuestras visualidades, afectos y memorias. Pichincha, así nombramos al macizo que entrelaza ecosistemas diversos y resiste a ser desbordado por lo urbano. En el arte y la fotografía, aparece frecuentemente representado como el telón de fondo de una ciudad postal idealizada, heredera de la mirada de viajeros y del discurso estético-político del paisajismo del Siglo XIX. Detrás de este escenario de ciudad habita un coloso de otros tiempos: la wak’a sagrada que nos cobija desde hace miles de años, el cerro que vomita fuego, el cerro nevado, el de las quebradas vivas.
El volcán que habitamos es también el teatro de memoria en el que se construyen nuestros conflictivos proyectos de Nación y ciudadanía. En tiempos de conmemoraciones cívicas, el Pichincha es el espectador privilegiado del despliegue de poéticas y coreografías públicas patrias
que por cien años han reproducido sus estéticas, disciplinado nuestros cuerpos y movilizado nuestros afectos. El sentido común de lo patrio es constantemente interpelado, reapropiado o reinterpretado desde prácticas artísticas y sociales. Al subvertir el sentido de los símbolos, los
textos, los nombres, la historia oficial y suspender su filiación con lo identitario, el arte nos permite una tercera mirada, siempre crítica y política, hacia aquello que consideramos fijo.
Desde la potencia transformadora del arte, la geografía y la provisionalidad de la memoria, proponemos en esta exposición abrir un intersticio para desandar lo aprendido e interrogar el presente desde los afectos
Archivo visual: Afectos del Volcán Pichincha
Sentimos el Pichincha al contemplar cotidianamente su paisaje, aquel que moviliza nuestros afectos y despierta nuestros temores. Hacemos nuestro el volcán en la experiencia de una caminata o una acampada, en soledad o en compañía. Nos apropiamos de su geografía en las
imágenes que capturamos al explorar los caminos que nos conducen hacia sus cumbres y cráteres. En sus alturas nos descubrimos habitantes de la maravillosa geografía de los Andes y habitantes del volcán.
Este archivo constituye un álbum de la ciudad y un homenaje al Volcán Pichincha, nuestro mayor patrimonio natural. Al mismo tiempo, llama la atención sobre la necesidad de políticas de protección ambiental para nuestros Andes, hoy amenazados por el cambio climático,
desbordados por la urbanización y presionados por el extractivismo.
Un siglo de conmemoraciones
El territorio de la memoria colectiva enlaza narrativas del pasado, cuerpos, estéticas y afectos. Las formas performativas de la memoria patria como desfiles, relatos e imágenes se reformulan en cada aniversario, como una manera de volver al pasado, pero también de cuestionar el presente y pensar nuestro futuro como sociedad. El centenario del 24 de mayo de 1822 transformó la performatividad religiosa-procesional de los cuerpos e instauró una nueva monumentalidad y coreografías cívicas que movilizan hasta hoy los afectos de la nación, sus idearios y utopías. Desde la memoria social, la fotografía, la ilustración, el grabado y los medios, visitamos cien años de conmemoraciones del 24 de mayo de 1822. Somos los sujetos de la historia quienes reescribimos el relato imaginado de la Nación y elaboramos nuestros propios sentidos de pertenencia a un territorio o geografía afectiva.
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EXPOSICIÓN “QUE EL PICHINCHA DECORA: MEMORIA, GEOGRAFÍA Y AFECTOS”
Centro Cultural Metropolitano de Quito
40 artistas y 25 fondos documentales y colecciones integran la exposición “Que el Pichincha Decora: memoria, geografía y afectos” que se inaugura en el Centro Cultural Metropolitano – CCM, el 10 de agosto a las 19:00. La muestra se despliega en cuatro salas temporales y los patios del CCM, además la sala temporal del Museo Alberto Mena Caamaño. Estará abierta hasta el 24 de octubre y puede ser visitada de miércoles a domingo, de 09:30 a 16:00 (último ingreso).
La exposición propone una exploración sobre la imaginación social, estética y política alrededor del Volcán Pichincha, así como sobre las formas de construcción afectiva de la memoria social y las coreografías públicas de memoria a lo largo de cien años de conmemoraciones. Al mismo tiempo, aborda las formas críticas en que el arte contemporáneo y la memoria social interpelan y disputan los discursos oficiales sobre los sentidos patrios y abren nuevas posibilidades para el pensamiento y la reflexión social. Desde el archivo histórico, la escultura, la fotografía, el dibujo, la pintura y el arte contemporáneo, “Que el Pichincha Decora: memoria, geografía y afectos”, pone en juego diversas miradas estético-políticas sobre nuestra forma de habitar y disputar nuestra historia. La exposición plantea dos ejes: “Geografía y Afectos” y “Memoria, Arte y Política”.
El primero, “Geografía y Afectos” rinde homenaje al Pichincha como ícono de identidades y afectos. Un volcán que ha moldeado nuestra experiencia histórica e influido de manera central en las apropiaciones de la geografía andina, las identidades, la visualidad y los mundos afectivos de quienes hemos este territorio por cerca de 12000 años. El Pichincha ha sido ampliamente representado en la temprana fotografía, grabado, ilustraciones, pintura paisajista y de ciudad a lo largo de los siglos XIX y XX. Estas imágenes han constituido un discurso dominante sobre la naturaleza, la patria y las formas de aproximarnos visualmente a los Andes y a la ciudad de Quito. En ellas nos reconocemos y forman parte de nuestras identidades, miradas y afectos. No obstante, el Pichincha es mucho más que un paisaje, es un territorio en conflicto, Wak’a sagrada objeto de disputas colonialistas, volcán latente de compleja y vasta geografía y biodiversidad amenazada por lo urbano. Artistas contemporáneos como Paula Barragán, Gonzalo Vargas M., Ana Fernández, Artes no Decorativas S.A. feat. Garbiela Yánez, José Luis Macas presentan obra creada para la exposición, en la que actualizan sus miradas hacia el Volcán Pichincha a partir de nuevas lecturas sobre la diversidad, sonoridad y materialidad. También están presentes artistas de los siglos XIX y XX como Joaquín Pinto, Luis A. Martínez, Oswaldo Guayasamín y Víctor Mideros, y grandes fotógrafos como Augusto Martínez, Hans Meyer, José Domingo Laso, Paul Grosser, Rolf Blomberg, Pablo Corral, Jorge Anhalzer, Luis Mejía, Hugo Cifuentes y Judy de Bustamante. Nos proponen una geografía transformada, fragmentada y constantemente re imaginada por la sociedad que la habita.
El segundo eje, “Memoria, Arte y Política” explora los territorios de la memoria social y la forma en que interviene el cuerpo, la geografía y los afectos. Las coreografías públicas de memoria, las estéticas, las prácticas cívico-políticas y las imágenes y documentos de memoria de los propios próceres construyen formas de conmemoración que reiteran o reelaboran lo oficializado por la historia, incluso remueven la aparente fijeza de su monumentalidad. En la exhibición se podrán ver documentos históricos de extraordinario valor. El centenario movilizó, en los cien años posteriores, nuestros afectos, y alrededor de él la ciudadanía ha construido y disputado la comunidad imaginada de la Nación y los sentidos pertenencia a un territorio y geografía afectiva. En la exposición, el arte interviene la memoria y los afectos para plantear apropiaciones y relecturas sobre el sentido común de lo patrio o lo nacional. Participan artistas como Adrián Balseca, Carlos Castro, Estefanía Peñafiel Loaiza, Fernando Falconí, Guayaqueer, David Santillán, Guillermo Muriel, Juan Carlos León, Manai Kowii, María Fernanda Riofrío, María José Argenzio, Miguel Alvear, Patricio Andrade, Patricio Ponce, Ricardo Coello Gilbert, Rosa Jijón y Simón Bolívar. Asimismo, están presentes obras premiadas del Salón de Guayaquil de Ilich Castillo, Mayra Silva y Félix Rodríguez y, en uno de los patios del CCM, la artista María José Argenzio propondrá una escultura site specific. La república bananera, la de las 20 constituciones, la aún colonizada, la de las ideologías y monumentos caídos e interpelados, la de los panteones de héroes y símbolos del patriarcado se expresa en las obras de artistas contemporáneos. Al subvertir el sentido de los símbolos, los textos, los nombres, la historia oficial y suspender su filiación con lo identitario, el arte nos permite una tercera mirada, siempre crítica y política, hacia aquello que consideramos fijo.
Finalmente, la exposición rinde un homenaje al Volcán Pichincha a través de la construcción del primer archivo visual de ciudad sobre su geografía, memoria y afectos. El archivo “Afectos del Volcán Pichincha” está siendo construido con imágenes de todos los tiempos, entregadas de manera generosa por ciudadanos y ciudadanas. El archivo será mostrado en una instalación visual en la que, a través de sus propias imágenes y experiencias afectivas, ciudadanos y ciudadanas narran la experiencia colectiva de habitar el Volcán Pichincha, al tiempo que llaman la atención hacia su protección. El CCM hace una invitación abierta a todas las personas que deseen contribuir con sus imágenes y afectos al archivo, que se irá enriqueciendo y actualizando a lo largo de la exposición.
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Centro Cultural Metropolitano de Quito
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LA LUCHA ETERNA
Edmond Émile Peynot
Escultura en bronce
Fundida por Jaboeuf & Rouard Fondeurs, Paris
1903
En las primeras décadas del Siglo XX, las conmemoraciones públicas del centenario de la Batalla de Pichincha del 24 de mayo de 1822 fueron centrales en la instalación de narrativas sobre la historia patria, monumentos públicos, panteones de héroes y repertorios visuales para la joven Nación. De la mano del deseo estético-político de formar nuevas visualidades y una ciudadanía moderna, diversos colectivos se
movilizaron para dejar sus huellas materiales y simbólicas en la ciudad.
“La Lucha Eterna” condensa aquel afán modernizador y sus diálogos con la experiencia metropolitana. La escultura fue originalmente emplazada en mayo de 1923 en el Parque 24 de Mayo, hoy conocido como El Ejido. Fue concebida por un destacado artista francés del neoclasicismo, Edmond Émile Peynot (Le Creusot, Francia, 1850-1932), quien obtuvo el Premio Roma en escultura en el año de 1880 y cursó sus estudios en la Academia Francesa de Roma, Villa Medici. Peynot no sólo realizó importantes esculturas en Europa, sino que fue autor del monumento a la Independencia Argentina “De Francia a la Argentina”, un regalo conmemorativo de la República Francesa, así como del altorrelieve en mármol “Ofrenda Floral a Sarmiento”, ambos emplazados en la ciudad de Buenos Aires.
Peynot realizó en 1888 una escultura previa a “La Lucha Eterna”, a la que nombró “La Proie” (“La Presa”). Fue presentada en el Salón de Bellas Artes de la Exposición Universal de París de 1889 y hoy reposa en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Lille. La “Lucha Eterna”, regalo de los ecuatorianos residentes en Francia por el centenario del 24 de Mayo de 1922, es uno de los testigos privilegiados de las transformaciones estéticas, culturales, sociales y políticas de Quito a lo largo del Siglo XX.
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Edmond Émile Peynot. La lucha eterna. Escultura en bronce. Fundida por Jaboeuf & Rouard Fondeurs, Paris. 1903.
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Edmond Émile Peynot. La lucha eterna. Escultura en bronce. Fundida por Jaboeuf & Rouard Fondeurs, Paris. 1903.
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ESTÉTICAS PARA UNA GEOGRAFÍA
El Pichincha ha sido ampliamente representado como telón de fondo de la ciudad de Quito en temprana fotografía, grabado, ilustración y pintura a lo largo de los siglos XIX y XX. No obstante, la mirada hacia su geografía volcánica ha sido menos abundante. En conjunto, estas imágenes han constituido un discurso dominante sobre la naturaleza y las formas de aproximarnos visualmente a los Andes y a la ciudad de Quito. En ellas nos reconocemos y forman parte de nuestras identidades, miradas y afectos.
No obstante, Pichincha es mucho más que un paisaje, es un territorio en conflicto, volcán latente de compleja y vasta geografía y biodiversidad. Artistas contemporáneos y fotógrafos actualizan sus miradas hacia el volcán y nos proponen nuevas lecturas relativas a la diversidad, la sonoridad, la espiritualidad y la propia materialidad de una geografía transformada, fragmentada y constantemente reimaginada por la sociedad que la habita.
Los territorios de Quito han sido lugares de disputa por fronteras étnicas, espirituales, económicas y de poder, desde la extirpación colonial de idolatrías sobre wakas y adoratorios – como el mismo Pichincha y sus cerros aledaños-, hasta litigios de agua y tierra en los que intervienen terratenientes, Iglesia, Estado y pueblos indígenas. Estos conflictos se representan a través de ilustraciones marcadas por quebradas, aguas, lomas, haciendas, cultivos y trazados urbanos.
En el Pichincha convive el Quito desbordado por lo urbano con las latencias de otros tiempos en barrios y parroquias. Comunas ancestrales lo habitan, como Santa Clara de San Millán, a cuyas víctimas del aluvión del 31 de enero de 2022 rendimos homenaje.
El paisajismo fue un discurso estético- político central en la formación de la Nación moderna. Marcó una visualidad de voluntad integradora, capaz de movilizar afectos hacia el territorio y sentidos de pertenencia. Ilustradores, viajeros, científicos, fotógrafos y pintores nacionales y
extranjeros imaginaron los Andes y contribuyeron a sedimentar unas ideas sobre nosotros, la naturaleza y la Nación fundadas en la visualidad.
En estas obras el Pichincha aparece como el paisaje que alberga una compleja vida política y social, la catástrofe, la espiritualidad, las arquitecturas y la vida urbana, así como los intensos intercambios y usos de la ciudad a lo largo del tiempo.
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De izquierda a derecha: Agencia Espacial Europea. Interferometría del Pichincha. Lanzamiento de cohete del 3 de abril de 2014; Gonzalo Vargas M. Pichincha. Fotografía, toma directa. Impresión Giclée/ papel fotográfico. 2022.
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Gonzalo Vargas M. Pichincha. Fotografía, toma directa. Impresión Giclée/ papel fotográfico. 2022; (Al centro) Gonzalo Vargas M. Pichincha. Impresión 3D PLA montada/ madera. 2022.
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Gonzalo Vargas M. Pichincha. Fotografía, toma directa. Impresión Giclée/ papel fotográfico. 2022; (Al centro) Gonzalo Vargas M. Pichincha. Impresión 3D PLA montada/ madera. 2022.
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Gonzalo Vargas M. Pichincha. Fotografía, toma directa. Impresión Giclée/ papel fotográfico. 2022; (Al centro) Gonzalo Vargas M. Pichincha. Impresión 3D PLA montada/ madera. 2022.
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Gonzalo Vargas M. Pichincha. Fotografía, toma directa. Impresión Giclée/ papel fotográfico. 2022.
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Agencia Espacial Europea. Interferometría del Pichincha. Lanzamiento de cohete del 3 de abril de 2014.
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Agencia Espacial Europea. Interferometría del Pichincha. Lanzamiento de cohete del 3 de abril de 2014.
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De izquierda a derecha: Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada; Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021; Fernando Falconí. Mi Pequeño Mundo. Acrílico/lienzo. 2008. Colección privada.
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Fernando Falconí. Mi Pequeño Mundo. Acrílico/lienzo. 2008. Colección privada. (Detalle).
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De izquierda a derecha: Luis A. Martínez. Paisaje. Óleo/lienzo. 1906; Joaquín Pinto. Vista panorámica de Quito desde el Placer. Óleo/lienzo. 1903.
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María Teresa García. La mirada del Pichincha. Impresión digital/plancha de aluminio barrido. 2015/2022.
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María Teresa García. La mirada del Pichincha. Impresión digital/plancha de aluminio barrido. 2015/2022.
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Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada.
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Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada. (Detalle).
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De derecha a izquierda: Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada; Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021; Ana Fernández. Quebradas y laderas del Pichincha. Gouache/papel. 2022.
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Ana Fernández. Quebradas y laderas del Pichincha. Gouache/papel. 2022.
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De izquierda a derecha: Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021; Ana Fernández. Quebradas y laderas del Pichincha. Gouache/papel. 2022.
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Paula Barragán. Sol y ceniza bajo el volcán. Pigmento/algodón. 2022.
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De izquierda a derecha: José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022. ; Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada; Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021
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De fondo: María Teresa García. La mirada del Pichincha. Impresión digital/plancha de aluminio barrido. 2015/2022.
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Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021
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De izquierda a derecha: José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022; Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada; Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021
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Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha
José Luis Macas Paredes
Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el
volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas,
Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión
fotosensible, collage, fotoacuarela)
2022
Es un proyecto en proceso de caminatas, ofrendas, dibujos con emulsiones fotosensibles y pintura; en torno a las alineaciones presentes durante solsticios y equinoccios entre el centro de la ciudad de Quito y varias montañas-volcanes circundantes.
Caminar la ruta integral de los Pichinchas, desde el cráter del volcán Guagua hacia el Padre Encantado pasando por el Cerro Ladrillos y finalmente la parte sur de la Cumbre del Ruco. Cuatro ofrendas hacia el volcán como entidad tutelar de la zona de Quito, donde el dar y recibir es la base para poder tomar muestras de tierra y trabajarlas desde la pintura. Economía ritual del trueque y la poética; pedir
permiso al Apu; dando para recibir, aprender y comprender al paisaje como una cosmovivencia, como una serie de relaciones vitales y sucesos de elementos tan diversos como los matices de la propia tierra; y al arte como ese vínculo integrador de mundos, resonancias y materialidades.
Apu Yaya Pichincha, que estas ofrendas, y lo que resulta de ellas, hablen sobre tus propias certezas y enigmas y nos permitan coexistir aprendiendo a ver nuestros límites y modos de encuentro. Aprender caminando, pensando con los pies, Ir recordando y saber que eso es pensamiento; hacerlo arte: conocimiento situado y múltiple.
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José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022.
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Obra de José Luis Macas.
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Obra de José Luis Macas.
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José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022.
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José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022. (Detalle).
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José Luis Macas Paredes. Serie “Apus Solares de Kito” – Ofrenda Apu Yaya Pichincha. Pintura, medios mixtos (Tierras trocadas con el volcán Pichincha a partir de ofrendas y caminatas, Fotografía impresión chorro de tinta, emulsión fotosensible, collage, fotoacuarela). 2022.
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Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021
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El paisajismo fue un discurso estético- político central en la formación de la Nación moderna. Marcó una visualidad de voluntad integradora, capaz de movilizar afectos hacia el territorio y sentidos de pertenencia. Ilustradores, viajeros, científicos, fotógrafos y pintores nacionales y extranjeros imaginaron los Andes y contribuyeron a sedimentar unas ideas sobre nosotros, la naturaleza y la Nación fundadas en la visualidad.
En estas obras el Pichincha aparece como el paisaje que alberga una compleja vida política y social, la catástrofe, la espiritualidad, las arquitecturas y la vida urbana, así como los intensos intercambios y usos de la ciudad a lo largo del tiempo.
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Joaquín Pinto. Entrada de la Virgen del Quinche por la esquinade San Blas. Óleo/lienzo. S. XIX
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Joaquín Pinto. Vista panorámica de Quito desde el Placer. Óleo/lienzo. 1903.
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De izquierda a derecha: Joaquín Pinto. Vista panorámica de Quito desde el Placer. Óleo/lienzo. 1903; Anónimo. Terremoto de 1868.
Óleo/lienzo. S. XX.
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Joaquín Pinto. Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Óleo/lienzo. 1906.
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De izquierda a derecha: Joaquín Pinto. Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Óleo/lienzo. 1906; Anónimo. Plaza y convento de San Francisco. Óleo/lienzo. Siglo XIX; Joaquín Pinto. Entrada de la Virgen del Quinche por la esquinade San Blas. Óleo/lienzo. S. XIX; Anónimo. Terremoto de 1868.
Óleo/lienzo. S. XX.
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Joaquín Pinto. Entrada de la Virgen del Quinche por la esquinade San Blas. Óleo/lienzo. S. XIX; Anónimo. Terremoto de 1868.
Óleo/lienzo. S. XX.
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MEMORIA DE UN VOLCÁN
Las latencias históricas del volcán, sus erupciones y temblores, dan cuenta de su capacidad de trastocar de manera dramática nuestra vida cotidiana y mutar nuestra geografía. Wak’a, territorio de disputa y espiritualidad, cerro temido y sagrado, caldera ardiente, el Pichincha es territorio de memoria.
Esta geografía del tiempo ha dado forma a nuestra experiencia histórica e influido de manera central en la forma cómo nos hemos apropiado afectivamente de los Andes, construido nuestra visualidad y habitado el territorio de Quito desde hace doce mil años.
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De izquierda a derecha: Joaquín Pinto. Interior del cráter del Pichincha. Pastel/cartulina. 1897; Joaquín Pinto. Paisaje de Montaña. Óleo/cobre. S. XIX; Ricardo Coello Gilbert. El año del diluvio, Volcán Pichincha. Acrílico/tela. 2021. Colección privada; Jorge Anhalzer. La amplia caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Febrero, 2021.
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Víctor Mideros. Texto de marco: ‘1575. Llueven de día rayos y ceniza, y a Quito salvas de una eterna noche’. Óleo/lienzo. 1933.
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Artes No Decorativas S.A. feat. Gabriela Yánez. Onomatopeyas de un volcán en colaboración con Victor Hoyos. Mesa de Foley.
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Artes No Decorativas S.A. feat. Gabriela Yánez. Onomatopeyas de un volcán en colaboración con Victor Hoyos. Mesa de Foley.
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De izquierda a derecha: Joaquín Pinto. Interior del cráter del Pichincha. Pastel/cartulina. 1897; Joaquín Pinto. Paisaje de Montaña. Óleo/cobre. S. XIX.
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HABITAR EL VOLCÁN
Somos espectadores privilegiados del volcán que cobija nuestra ciudad, al tiempo que la tensiona y disputa. Nos hemos apropiado de su extensa geografía por siglos: parcelado sus lomas, fragmentado las redes, pliegues y cadenas que conforman la espacialidad andina, dibujado
barrios a contrapelo de sus laderas, amenazado su biodiversidad y rellenado el curso de sus quebradas naturales.
Su forma ha mutado también por fuerza de sus violentas erupciones en tiempos prehispánicos y coloniales, así como por los embates de la naturaleza en el contexto del cambio climático. La ciudad ha buscado imponerle una geometría urbana cuyos límites son constantemente
transgredidos desde las prácticas cotidianas.
Quito: ciudad concebida desde las utopías de modernidad, imaginada de espaldas a los Andes y al volcán que sostiene su propia vida.
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De izquierda a derecha: Jorge Anhalzer. Nacimiento del río Cristal en el desaguadero de la caldera del Guagua Pichincha. Fotografía. Mayo, 2015 ;Judy de Bustamante. Paisaje. Collage digital a partir de negativos analógicos, impresión digital. Díptico. 1999; Oswaldo Guayasamín. Quito Verde. Óleo/tela. 1942. Fundación Guayasamín.
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Pablo Corral. Explosión freática del volcán Pichincha en Quito el 7 de octubre de 1999. Fotografía. 1999.
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Judy de Bustamante. Paisaje. Collage digital a partir de negativos analógicos, impresión digital. Díptico. 1999.
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AFECTOS DEL VOLCÁN PICHINCHA
Sentimos el Pichincha al contemplar cotidianamente su paisaje, aquel que moviliza nuestros afectos y despierta nuestros temores. Hacemos nuestro el volcán en la experiencia de una caminata o una acampada, en soledad o en compañía. Nos apropiamos de su geografía en las imágenes que capturamos al explorar los caminos que nos conducen hacia sus cumbres y cráteres. En sus alturas nos descubrimos habitantes de la maravillosa geografía de los Andes y habitantes del volcán.
Este archivo constituye un álbum de la ciudad y un homenaje al Volcán Pichincha, nuestro mayor patrimonio natural. Al mismo tiempo, llama la atención sobre la necesidad de políticas de protección ambiental para nuestros Andes, hoy amenazados por el cambio climático, desbordados por la urbanización y presionados por el extractivismo.
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Oswaldo Terreros / Lucía Durán. Andinista del grupo de montaña Los Cóndores escala la ruta Espolón de Orellana en el Pichincha. 2021.
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Oswaldo Terreros / Lucía Durán. Club de montaña Los Cóndores subiendo por la arista del Rucu Pichincha. 2021.
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Oswaldo Terreros / Lucía Durán. Iván Vallejo con un grupo de visitantes y guías de montaña. Cumbre del Rucu Pichincha. 2018.
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UN CENTENARIO DE CONMEMORACIONES
El territorio de la memoria colectiva enlaza narrativas del pasado, cuerpos, estéticas y afectos. Las formas performativas de la memoria patria como desfiles, relatos e imágenes se reformulan en cada aniversario, como una manera de volver al pasado, pero también de cuestionar el presente y pensar nuestro futuro como sociedad. El centenario del 24 de mayo de 1822 transformó la performatividad religiosa-procesional de los cuerpos e instauró una nueva monumentalidad y coreografías cívicas que movilizan hasta hoy los afectos de la nación, sus idearios y utopías. Desde la memoria social, la fotografía, la ilustración, el grabado y los medios, visitamos cien años de conmemoraciones del 24 de mayo de 1822. Somos los sujetos de la historia quienes reescribimos el relato imaginado de la Nación y elaboramos nuestros propios sentidos de pertenencia a un territorio o geografía afectiva.
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De atrás hacia adelante: Memorial a Testar. Testamento del Marqués de Solanda. Manuscrito. Museo Casa de Sucre; Carta de ascenso de Sucre a General de División. Manuscrito. 1822. Museo Casa de Sucre; Tintero del Mariscal Antonio José de Sucre. Plata/ laminada/cincelada
Centro Cultural Metropolitano; Plano de la casa de Sucre con sus apuntes. Manuscrito. Museo Casa de Sucre; Tratado de castrametación del Mariscal Antonio José de Sucre con su firma. Manuscrito. Museo Casa de Sucre.
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Hugo Cifuentes. Estatuas precarias. Fotografía. 1966.
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Luis Mejía. Conmemoraciones cívicas, traslado de los restos de héroes del Pichincha. Fotografía. 24 de Mayo de 1974. Colección Particular.
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NACEN LAS CONMEMORACIONES MODERNAS
Desde fines del Siglo XIX, el Estado buscó instalar nuevas prácticas y estéticas para conmemorar las gestas del 10 de agosto de 1809, el 24 de mayo de 1822 y el 13 de mayo de 1830. A través de monumentos y de textos, imágenes y símbolos patrios que circularon en revistas, periódicos, libros, los primeros años de la formación del campo cívico moderno estuvieron marcados por la producción de narrativas históricas relativas al papel de la jóven Nación en las independencias latinoamericanas y su divulgación a nivel nacional. En la primera modernidad, multitudinarios eventos movilizaron a la sociedad y sus afectos y grandes esfuerzos económicos buscaron, desde la Junta del Centenario, impulsar reformas urbanas y políticas de higienismo y ornato inspiradas en Europa y otras capitales latinoamericanas. Estas
perspectivas fueron tensionadas por las izquierdas y los indigenismos que vieron en el discurso modernizador blancomestizo la invisibilización de la problemática social de amplios sectores de la población; indígenas, campesinos, obreros y mujeres. Estos sectores buscaron organizarse en las primeras décadas del Siglo XX, disputar su lugar y hacer escuchar su voz en la esfera pública, incluso en torno a las propias conmemoraciones del centenario de 1922.
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De izquierda a derecha: Niños de la Escuela Nacional. Archidona, Napo, 24 de Mayo. Misión Josefina. Ca. 1922-1932. Le Missioni dei Padre Giuseppini,
Napo. Serie VIII. Vita Missionaria. No.75. Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit; Revista Caricatura No. 89, año III. 20 de Febrero de 1921. Fondo Antiguo Luciano Andrade Marín; Revista Caricatura No. 61, año II. Marzo 28 de 1920. Fondo Antiguo Luciano Andrade Marín.
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Nacen las conmemoraciones modernas. Conjunto de documentos de archivo.
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De izquierda a derecha: El Tiempo. Diario Radical. Guayaquil, 24 de mayo de 1922. Biblioteca Nacional Eugenio Espejo; Diario El Comercio. El 24 de Mayo en Provincias. 24 de mayo de 1926. Biblioteca Nacional Eugenio Espejo.
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De izquierda a derecha: El Comercio. 24 de mayo de 1963. Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit; El Comercio. 24 de mayo de 1979. Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit.
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De izquierda a derecha: El Comercio. 24 de mayo de 1962. Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit; El Comercio. 24 de mayo de 1965. Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit.
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S/a. Niños en actos cívicos. S/f. Biblioteca EcuatorianaAurelio. Espinosa Pólit.
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De izquierda a derecha: Abelardo Yturralde. Relieve de la Provincia de Pichincha. Yeso/madera. S. XX. Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit; Luis Tufiño. Mapa escolar del Ecuador. Impresión / papel y tela. 1922. Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit.
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El arte contemporáneo interpela la memoria, el poder y los afectos cívicos para plantear apropiaciones y relecturas sobre el sentido institucional de lo patrio. La república de la de las constituciones sin fin, la bananera, la de las mil ideologías y monumentos olvidados, la de los sujetos invisibilizados por la historia está presente en trabajos que subvierten lo simbólico, trastocan las pedagogías cívicas e interpelan las narrativas y memorias patrias. Al suspender la filiación de los símbolos con una identidad deseada, las obras abren un intersticio para desmontar las fijezas de la historia y volver a las preguntas sobre el nosotros. Proponemos una tercera mirada, siempre crítica y política, hacia lo que imaginamos ser como sociedad en el presente.
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Estefanía Peñafiel Loaiza. Cuenta regresiva. Lectura de 18 Constituciones Políticas del Ecuador. Vídeo y sonido directo invertidos, 102,5 h. 2005-2013.
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Estefanía Peñafiel. Cuenta regresiva. Performance / videoinstalación /19 pantallas / 19 constituciones. 2005-2013.
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Estefanía Peñafiel. Cuenta regresiva. Performance / videoinstalación /19 pantallas / 19 constituciones. 2005-2013.
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Estefanía Peñafiel. Cuenta regresiva. Performance / videoinstalación /19 pantallas / 19 constituciones. 2005-2013.
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Estefanía Peñafiel. Cuenta regresiva. Performance / videoinstalación /19 pantallas / 19 constituciones. 2005-2013.
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De izquierda a derecha: Fernando Falconí. Nuevas Lecciones de Moral y Cívica. Acrílico/ lienzo. 2008. Colección privada.
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De izquierda a derecha: Miguel Alvear y Patricio Andrade. WIR KÖNNEN ES. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. CHICHARRÓN. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. ZARATUZTRA. Video. 2010; Félix Rodríguez. Coartadas. Acuarela/ técnica mixta. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2006. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: Miguel Alvear y Patricio Andrade. WIR KÖNNEN ES. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. CHICHARRÓN. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. ZARATUZTRA. Video. 2010; Félix Rodríguez. Coartadas. Acuarela/ técnica mixta. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2006. Museo Municipal de Guayaquil.
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Adrián Balseca. El Esfuerzo. Fotografía 120mm. 2021.
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¿Qué peso arrastra la huella socio-ambiental del paradigma neoliberal de una producción agrícola ilimitada?
El Esfuerzo (2021) es un homenaje a las luchas populares emprendidas contra multinacionales agrícolas y enclaves bananeros, iniciadas a comienzos del siglo XX en Ecuador.
Subrayado el titánico desafío que han presentado las luchas contra corporaciones agrícolas a lo largo de la historia, la imagen nos revela, a la vez que dota de insumos para pensar la crisis biológica y social que atraviesan los “desiertos verdes” hoy. Un llamado a repensar las disputas por la vida en monocultivos.
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Adrián Balseca. El Esfuerzo. Fotografía 120mm. 2021.
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PATRIA, MEMORIA Y PODER
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De izquierda a derecha: Félix Rodríguez. Coartadas. Acuarela/ técnica mixta. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2006. Museo Municipal de Guayaquil; David Santillán. Silla de poder. Bronce. 2016; Adrián Balseca. El Esfuerzo. Fotografía 120mm. 2021.
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Juan Carlos León. Monumento para países estancados en la ideología. Acrílico, lápiz y tinta/ lienzo. 2010. Colección privada.
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Rosa Jijón. Guiramento. Videos, fotografía y texto. 2010-2020.
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Rosa Jijón. Guiramento. Videos, fotografía y texto. 2010-2020.
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De izquierda a derecha: María Manai Kowi. Videoperformance. 2008; Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil; Miguel Alvear y Patricio Andrade. WIR KÖNNEN ES. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. CHICHARRÓN. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. ZARATUZTRA. Video. 2010; Félix Rodríguez. Coartadas. Acuarela/ técnica mixta. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2006. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: María Manai Kowi. Videoperformance. 2008; Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil; Miguel Alvear y Patricio Andrade. WIR KÖNNEN ES. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. CHICHARRÓN. Video. 2010; Miguel Alvear y Patricio Andrade. ZARATUZTRA. Video. 2010; Félix Rodríguez. Coartadas. Acuarela/ técnica mixta. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2006. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: Carlos Castro. El que no sufre no vive. Video 4´. 2010; Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: Carlos Castro. El que no sufre no vive. Video 4´. 2010; Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: David Santillán. Poder político. Óleo/ piel cordero no nato. 2014; David Santillán. Silla de poder. Bronce. 2016.
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María José Argenzio. 1792. Objeto, hilos de cobre bañados en oro, soporte de madera y terciopelo y base de guayacán.
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De izquierda a derecha: Simón Bolívar. Mi Delirio Sobre el Chimborazo. Poema manuscrito. Loja, 13 de octubre de 1822. Museo Casa de Sucre; David Santillán. Poder político. Óleo/ piel cordero no nato. 2014; David Santillán. Silla de poder. Bronce. 2016; Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil.
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De izquierda a derecha: David Santillán. Poder político. Óleo/ piel cordero no nato. 2014; David Santillán. Silla de poder. Bronce. 2016 (Centro); Illich Castillo. Cómo se encienden los discursos populares, según Homs. Esmalte/ papel reciclado. Primer premio del Salón de Julio de la Municipalidad de Guayaquil. 2005. Museo Municipal de Guayaquil; Juan Carlos León. Monumento para países estancados en la ideología. Acrílico, lápiz y tinta/ lienzo. 2010. Colección privada.
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María José Argenzio. 1792. Objeto, hilos de cobre bañados en oro, soporte de madera y terciopelo y base de guayacán.
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María José Argenzio. Nuevo Mundo. Reproducción en molde del busto de Francisco de Orellana hecho de cera y sangre sobre bloques de adobe. 2022.
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María José Argenzio. Nuevo Mundo. Reproducción en molde del busto de Francisco de Orellana hecho de cera y sangre sobre bloques de adobe. 2022.
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María Fernanda Riofrío y Paco Salazar. Salón Amarillo (Baño del café bar Pobre Diablo). Instalación. 2000-2017.
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María Fernanda Riofrío y Paco Salazar. Salón Amarillo (Baño del café bar Pobre Diablo). Instalación. 2000-2017.
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Guayaqueer (Guayaquil, 2017).- Es una plataforma activista y artística donde las imágenes han abierto debates y cuestionado la imaginería del Ecuador para reivindicar las luchas y perspectivas de las comunidades LGBTIQ+, de mujeres y de otros grupos que impulsan el cambio social en el país. Sus ilustraciones han estado presentes en exhibiciones grupales como: Soy Paisaje, CAC, Quito, 2017; Lasicalíptica 8, El Orden Natural de las cosas, Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Quito, 2018; Archivxs, CAC, Quito, 2018; Somos Semillas, Museo de la Ciudad, Quito, 2021. También han acompañado artículos sobre su impacto como plataforma y sobre los reclamos de la diversidad sexogenérica en medios impresos del país como El Universo, El Comercio, El Telégrafo y Revista Vistazo; además, se ha hablado de su influencia en medios digitales como Paralaje.xyz, Radio Cocoa, AJ+ En Español y en medios radiales como Sin Etiquetas 96.1. Sus imágenes acompañan a cientos de personas por medio de camisetas, stickers, pósters, etc., y constan en publicaciones impresas como: Primer catálogo de ilustración guayaca, UArtes Ediciones, 2019; ¿Es niño, niña o ninguno de los dos? ¿Quién decide?, SENDAS – HIVOS, 2020. A través de campañas, webinars y activaciones en el espacio público, Guayaqueer ha colaborado con distintas organizaciones que trabajan a favor de los derechos humanos como: CEPAM Guayaquil, Fundación Mujer y Mujer, la Unión Europea en Ecuador, Aborto Libre
Guayaquil, entre otras.
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De izquierda a derecha: Guayaqueer. Escudos de los pueblos originarios del Ecuador. Ilustración digital. 2019; Escudo del Paro Nacional 2019. Ilustración digital. 2019; Escudo queer del Ecuador (Escudo ecuatoriano de la diversidad sexo-genérica). Ilustración digital. 2017; Todo en este país se siente tan inestable. Ilustración digital. 2019; Escudos de luto por lxs muertxs durante la pandemia de COVID-19. Ilustración digital. 2019.
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De izquierda a derecha: Guayaqueer. Escudos de los pueblos originarios del Ecuador. Ilustración digital. 2019; Escudo del Paro Nacional 2019. Ilustración digital. 2019; Escudo queer del Ecuador (Escudo ecuatoriano de la diversidad sexo-genérica). Ilustración digital. 2017; Todo en este país se siente tan inestable. Ilustración digital. 2019; Escudos de luto por lxs muertxs durante la pandemia de COVID-19. Ilustración digital. 2019.
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De izquierda a derecha: Guayaqueer. Escudos de los pueblos originarios del Ecuador. Ilustración digital. 2019; Escudo del Paro Nacional 2019. Ilustración digital. 2019; Escudo queer del Ecuador (Escudo ecuatoriano de la diversidad sexo-genérica). Ilustración digital. 2017; Todo en este país se siente tan inestable. Ilustración digital. 2019; Escudos de luto por lxs muertxs durante la pandemia de COVID-19. Ilustración digital. 2019.
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