La exposición “Ley & Orden” fue presentada en Taller Maldonado del 23 de julio al 11 de agosto, 2021. Compartimos el texto curatorial de Pily Estrada Lecaro y un registro completo de la muestra, cortesía de Tyrone Luna García y Leo Moyano, directores de la galería.
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Texto curatorial por Pily Estrada Lecaro
Hablar de arte a inicios de los años 2000 en Guayaquil era hablar de una escena efervescente, con artistas emergentes inquietos y cuestionadores, azuzados por ser testigos de una idea de reconstrucción estética de la ciudad, a partir de sistemas impuestos de control y vigilancia que se enmarcaban en el proyecto que se conoce como “Regeneración Urbana”.
En ese contexto nace el ITAE, el instituto de artes que irrumpió el medio con profesores que remecían las ideas de lo que era arte en los jóvenes estudiantes, germinando un nuevo circuito artístico que empezó a sentirse como una plataforma para ser ciudadanos, donde las opiniones y cuestionamientos se pronunciaban a través del arte.
Varias de las obras que forman parte de la exposición Ley y Orden parten de alguna raíz de las discusiones que en esa época se revelaban en las obras que formaban parte de los salones y exposiciones, de los temas que se debatían en clases; así como de las miradas críticas hacia un proceso que era inédito para la ciudad y al que ya, para fines de la primera década de los 2000, también se suma un proceso político inédito para el país con la llegada de la llamada “Revolución Ciudadana”.
Palabra, obra u omisión cita la nueva constitución del 2008, la más inclusiva que ha tenido la historia del Ecuador. René Ponce remueve todas las vocales -es decir las minorías-, dejando las consonantes como un código ilegible e insuficiente en el que lo escrito en papel, se desdice en los hechos al continuar privilegiando a las mayorías o a los intereses de unos pocos.
Esta acción se engloba en políticas hipócritas y autoritarias que Juan Caguana también hace evidentes en Un paco es un paco. El video muestra una secuencia de fotografías tipo carnet de policías que, al sistematizar uno tras otro, va despojando de individualidad a cada sujeto, para dejar únicamente la representación de una autoridad vinculada con el abuso de poder.
Dentro de las políticas de control y los mecanismos de imposición del orden entran las obras de Mónica López y Javier Gavilanes. Cada una pone evidencia las fallas del sistema con dosis de ironía: El uso del grafito para representar las imágenes que capturan los movimientos y acciones de cámaras de seguridad, tensionando la tecnología y el mundo digital para hablar de la precariedad; así como la acumulación de placas de autos empaquetadas para comentar sobre la corrupción de las instituciones.
Aunque desde perspectivas muy diferentes, las obras de Pedro Gavilanes y Saidel Brito remiten a la acción de crear desde el encierro. Gavilanes parte de una anécdota personal y las regulaciones que pueden cambiar la vida del individuo en segundos. En su caso los 0,0005 de alcohol en la sangre mientras manejaba, se convirtieron en cuatro días de aislamiento preventivo en la Comisión de Tránsito, durante los que crea esta obra.
La pintura de Brito es parte de la serie Habeas Corpus del año 2004, la cual retoma para esta exposición en el año del fallecimiento del maestro Enrique Tábara. Tábara, uno de los artistas más importantes e influyentes del arte moderno ecuatoriano, realizó una desconocida serie de dibujos mientras estuvo temporalmente en prisión. A partir de esas anécdotas cotidianas que el artista plasmó durante la reclusión, Brito, quien tuvo acceso a los dibujos, genera unas cuidadas pinturas que ponen en relevancia esa obra “menor” y no reconocida, que quizás también es de las más personales que el artista realizó.
Vistas de la exposición Ley & Orden
Las Brujas, el colectivo formado por Gabriela Cabrera, Gabriela Fabre y Romina Muñoz, se activó entre el 2008 y el 2012 con piezas que subvertían los métodos de diseño y control urbanísticos de la regeneración urbana, como lo hace Ritual del Renacer al resaltar las grietas -físicas y conceptuales- de este proyecto. De la misma generación del ITAE es Lorena Peña, que aborda el tema con otro tono. Las piezas que forman parte del proyecto de Villa Rosita evidencian el abandono del patrimonio y la memoria, mientras se privilegiaba una imposición estética importada y frívola para la ciudad.
Desde el otro lado del charco, Oscar Santillán hacía el video-performance The Whisperer, que relata el viaje del sonido de un pájaro desde el bosque hasta inmiscuirse sigilosamente en una ciudad. La alteración del sonido durante el trayecto, disfrazándose con cada nuevo portavoz, desarticulan la sucesión esperada transformando el patrón al compás del capricho y la individualidad; a la vez que coloca a todos los seres en diálogo dentro del mismo ecosistema.
Todas las obras de Ley y Orden -o sus series originales- fueron creadas entre los años 2004 y 2014 y nos dejan percibir algo del espíritu de ese tiempo. Sus intenciones evidenciaban un momento de alta conciencia del lugar que se habita, así como la inconformidad con las maneras de imponer el poder. Tal vez releer estas obras nos permita evaluar el lugar que habitamos hoy; vislumbrar a la distancia los cambios alcanzados, pero sobre todo las taras que arrastramos.
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René Ponce. Palabra, obra u omisión. Constitución impresa sin vocales. Edición 2021.
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Lorena Peña. 1935. Video análogo y escarcha combinada y goma sobre tela. 4″, 90 x 100 cm. 2008.
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Javier Gavilanes. Todo encargo tiene comisión No. 3. 4 envolturas de formatos variables. 2005.
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Pedro Gavilanes. 0,005 GL. Dibujos a lápiz enmarcados en madera y adjunto a documentos del proceso de liberación del artista cuando estaba en prisión. 2009.
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Oscar Santillán. The Whisperer / Susurrador. Video digital a color. 9″. 2014-2015.
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Saidel Brito. Habeas Corpus # 16. Acrílico sobre tela. 190 x 250 cm. 25 de enero – 23 de julio 2021.
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Colectivo Las Brujas (Gabriela Cabrera, Romina Muñoz y Gabriela Fabre). Ritual del Renacer. Registro fotográfico de intervención por Ricardo Bohórquez. Impresión en papel fotográfico ultrasmooth, Cámara Lúcida. 60×40 cm. 1/5. 2010.
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Mónica López. Sin título (de la serie Collateral Murders). Grafito y lápiz de color sobre papel. 46 x 34 cm. 2014.
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Juan Caguana. Un paco siempre es un paco. Video. 2009.
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