La exposición “Terra Incógnita” de Mónica López tuvo lugar en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), en Guayaquil, de junio a julio de 2023. La muestra es el resultado de una investigación artística basada en fotografías de un parque temático en Orlando (Florida), imágenes de múltiples archivos y la propia experiencia de la artista con respecto a los imaginarios del continente austral. La curaduría fue realizada por Ana Rosa Valdez y la gestión estuvo a cargo de Adriana Arias Bayona.
Compartimos en Paralaje el texto curatorial de a muestra y un registro fotográfico de la exhibición.
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Mónica López: Terra Incógnita
Texto curatorial por Ana Rosa Valdez
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Entre la opaca veracidad de la data científica y la simulación escenográfica, Mónica López construye una ficción del continente austral. En esta “expedición” confluyen las memorias de numerosas expediciones que han creado imaginarios sobre este territorio, en los que persiste la idea de una región extraña e inhóspita, un desierto blanco, un paisaje de hielo y misterio. La artista juega con el sentido de esas imágenes más allá de lo que significan en nuestra sociedad, y elude el apremio de las alertas ecologistas que pronostican un futuro aciago para los ecosistemas antárticos en el plazo más inmediato, con el fin de aproximarse a este lugar desde la dimensión sensible de la empatía que demanda un tiempo más pausado que el de las urgencias sociales y ambientales.
Mónica explora las representaciones de la geografía del polo sur creadas para un parque temático en Orlando en la obra Nieve en los valles secos. Las fotografías conforman un ensayo visual que puede leerse como una bitácora de viaje. Utiliza los efectos persuasivos del paisaje para estetizar la pobreza de realismo de estos escenarios. Bajo su lente la ilusión se esfuma: el andamiaje constructivo de una Antártida ficticia, domesticada, lleva a pensar en los intereses y motivaciones que sostienen el espectáculo. Este sitio ofrece la posibilidad de recorrer glaciares, cuevas y lagunas heladas con la garantía de seguridad, control y confort de un entorno artificial. Curiosamente, de esta manera se realiza una de las promesas de la modernidad de dominar las fuerzas indómitas de la naturaleza. El simulacro permite idealizar las condiciones extremas del continente más frío de la Tierra. La obra conversa elocuentemente con esa mirada romántica, llevando lo sublime al absurdo.
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En la videoinstalación El triunfo del delirio la artista recrea en el espacio del museo la comodidad que caracteriza los parques temáticos, ubicándonos en primera fila para observar imágenes de la Antártida que nos vuelven partícipes de la depredación ambiental y simbólica que se ejerce sistemáticamente sobre ella. Esta propuesta funciona a través del contraste, la ruptura y el fragmento como procedimientos estéticos. La belleza terrible y enigmática de la geología polar, el mar y la fauna endémica se despliega en estas representaciones tan intensamente como la virulencia de la devastación producida por las tecnologías e infraestructuras que buscan modernizar los ecosistemas naturales. Lo que antes pudo interpretarse como el triunfo de la voluntad humana en la conquista de esta tierra, como lo demuestran los registros documentales de las primeras expediciones que se utilizan en esta obra, hoy se revela como una violencia civilizatoria y especista. De alguna manera, este abuso también está presente en la idea de la Antártida como objeto de entretenimiento en museos y parques temáticos del mundo. La propuesta conjuga imágenes de experiencias muy distintas pero que manifiestan similares deseos de posesión y disfrute del territorio austral.
Los discursos científicos sobre el extremo sur del planeta constituyen un referente insoslayable en esta exposición artística. Reconociendo su pretensión de verdad y el uso de esta veracidad científica en el extractivismo ambiental y cultural, Mónica decide poner en suspenso la aparente rigurosidad de la biología, geografía y antropología, disciplinas que han producido imaginarios predominantes sobre la Antártida, para buscar otras formas de autenticidad en la representación de este lugar. Una parte de esta investigación emerge en la obra Atlas non Solaris, el corazón de esta muestra. Aquí podemos sumergirnos en la mentalidad de la artista, en las conexiones de sentido que ella encuentra o crea entre distintos referentes, y en su capacidad para forjar su propio vínculo con la región austral. A través del dibujo, Mónica acaricia las huellas de esta “terra incógnita” que palpitan en archivos fotográficos, ilustraciones, mapas y documentos cuyos significados son puestos en función de una nueva forma de imaginar este territorio. Un gesto de similar delicadeza y empatía le llevó a crear La fábula del ancestro, imagen poética de una desaparición anticipada que, en lugar de condenar y lamentar, podríamos revertir con los medios que como civilización tenemos en el presente.
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Mónica López. Nieve en los valles secos. Impresión sobre papel fotográfico. 21 Fotografías. 2021-2023
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Mónica López. Fábula del ancestro. Agar y sal. 5 x 3 m. 2023. Fotografía: Lucas Yulee
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Mónica López. Fábula del ancestro. Agar y sal. 5 x 3 m. 2023. Fotografía: Lucas Yulee
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Mónica López. Fábula del ancestro. Agar y sal. 5 x 3 m. 2023. Fotografía: Lucas Yulee
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Mónica López. Fábula del ancestro. Agar y sal. 5 x 3 m. 2023. Fotografía: Dennys Navas
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Mónica López. Espejismos del polo. Serie de dibujos. Carboncillo y grafito sobre cartulina. 2023 (Vista general)
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Mónica López. Espejismos del polo. Serie de dibujos. Carboncillo y grafito sobre cartulina. 2023
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Mónica López. Atlas non solaris. Materiales variables, collage, dibujo, pintura. 300 x 120 cm. 2023
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Mónica López. Triunfo del delirio. Video Instalación de dos canales. 9min 45s. 2023
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Mónica López. Fósiles de viento. Fotografía. Sublimación de aluminio. 50 cm c/u. 2021